Radicales Libres y sus Malos Efectos
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Estudios científicos señalan, que las células y tejidos de una persona joven tienen 10 veces más enzimas que una persona mayor y que los entornos acidificantes perjudican significativamente el correcto funcionamiento de estas enzimas.
Podríamos preguntarnos entonces, ¿Que son las enzimas? La respuesta es simple, se trata de las moléculas proteicas especializadas que aceleran hasta en miles de veces las reacciones bioquímicas de cada célula, tejido, órgano o sistema de nuestro cuerpo. En este sentido, las enzimas son sustancias vitales, sin las cuales las reacciones químicas necesarias para que nuestro cuerpo funcione de forma óptima no tendrían lugar, ya que regulan la temperatura corporal, la contracción muscular, la conducción nerviosa, la excreción de orina, el intercambio de gases en el pulmón, la utilización de oxígeno por la células, el crecimiento y reparación celular, así como, el proceso digestivo y otras tantas actividades vitales.
Si el pH celular se desequilibra más de los parámetros normales, nuestras enzimas se inactivan. En consecuencia, si los niveles de enzimas disminuyen, el proceso de reparación celular y defensa, propio del organismo dejan de responder de manera eficientemente, ocasionando además que el proceso de envejecimiento celular se acelere.
A todo ello hay que añadir el efecto de los radicales libres sobre nuestro organismo y su cada vez más reconocida influencia en el envejecimiento.
Radicales Libres
Nuestro cuerpo está formado por miles de millones de células, cada una de las cuales se conforma por moléculas. Estas moléculas a su vez, son grupos de uno o más átomos unidos por enlaces químicos, que se encuentran rodeados por electrones con carga negativa y componen las moléculas. En este sentido, los electrones se encuentran orbitando los átomos creando el equilibrio.
Si se pierde el equilibrio porque uno o varios de sus electrones quedan desparejados, se genera lo que se conoce como Radicales Libres, que no son más que moléculas inestables que perdieron 1 o varios electrones y son altamente reactivas.
La misión de esta molécula es remover o tomar el electrón que les hace falta de las moléculas que están a su alrededor para recuperar la estabilidad. Sin embargo, si este proceso se hace de forma muy recurrente y al cuerpo no le da tiempo de restablecer el electrón robado, las moléculas de las que se extrajeron los electrones inician una reacción en cadena que deteriora muchas células llegando a destruir y mutar su información genética, lo que facilita el desarrollo de diversos tipos de enfermedades y por ende que nuestro organismo vaya envejeciendo.
En este sentido, el estrés oxidativo es causado por el desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad de nuestro sistema biológico para neutralizar rápidamente los reactivos intermedios y reparar el daño que causan.
Efectos del envejecimiento
Los efectos del envejecimiento se evidencian principalmente por:
- Atrofia de la mayoría de los órganos y tejidos.
- Progresivo descenso de la eficiencia y vigor de todas las funciones fisiológicas, destacando el rendimiento cardíaco, fuerza muscular y lucidez mental, entre otras.
- Aumento de la susceptibilidad a procesos malignos, enfermedades autoinmunes y procesos infecciosos, es decir deficiente funcionamiento del sistema inmunitario.
- Aumento de la vulnerabilidad a traumas.
- Disminución del VO2 máximo, (capacidad de oxígeno).
Si bien es cierto que este proceso nos afecta a todos los seres humanos, también lo es que cuantitativamente no nos sucede a todas a la misma edad. Por esta razón, es posible ver personas que a los 60 años pueden verse muy envejecidas mientras otras todavía se ven jóvenes, De igual forma, a los 80 años de edad hay quienes ya son unos ancianos y otros ni siquiera aparentan la edad que tienen, lo cual demuestra que existen factores individuales que hacen que la edad cronológica y la edad funcional varíe de un individuo a otro, y no solo se deba a un proceso natural.
Herramientas para combatir el estrés oxidativo o radicales libres
Naturalmente, los seres humanos contamos con mecanismos y sistemas de defensa internos para neutralizar los radicales libres, conocido como Antioxidantes, sustancias que tienen la capacidad de inhibir la oxidación (proceso de captación de electrones) causada por los radicales libres. Unos actúan a nivel intracelular y otros en la membrana de las células, pero siempre en conjunto para proteger nuestros órganos y sistemas.
Sin embargo, su función se puede ver afectada cuando, además de tener que combatir los radicales naturales, debe también contrarrestar aquellos procedentes de fuentes externas como la contaminación industrial, el tabaco, la radiación, los medicamentos, los aditivos químicos presentes en los alimentos procesados y los pesticidas, por mencionar sólo algunos.
Antioxidantes
Obviamente el peligro de la oxidación causada por los radicales libres se contrarresta proporcionando al cuerpo antioxidantes para neutralizarlos y prevenir así su acción perjudicial, especialmente las vitaminas C y E, el betacaroteno y el selenio que actúan liberando electrones en la sangre que, al ser captados por los radicales libres, los convierten en moléculas estables.
Agua Alcalina
Durante el desarrollo de diversas investigaciones, científicos japoneses confirmaron que el consumo de agua alcalina ayuda al organismo a eliminar los deshechos ácidos, que produce el proceso natural de la digestión celular y que se acumulan en el sistema básico de Pischinger o líquido extracelular, equilibrando el pH de todo el organismo. Comprobaron que tomar entre 5 y 6 vasos de agua alcalina diariamente, hace que el organismo preserve su equilibrio al mantenerlo ligeramente alcalino, que debe ser su estado natural favorable.
En el mismo orden de ideas, las estadísticas del Centro para el Control de Enfermedades del gobierno Norteamericano, las 4 causas principales de muerte en los Estados Unidos son:
- Infarto
- Cáncer
- Derrame cerebral y
- Efectos secundarios de las medicinas.
Sin embargo, las proyecciones indican que el cáncer ocupará el primer lugar. De ahí la importancia que ha tomado el prever las afecciones y que el agua alcalina tenga su cuota de importancia al aportar una gran cantidad de electrones OH- (Hidroxilos) libres que pueden bloquear la alteración de las células normales, ya que al ser una sustancia de bajo peso molecular y gran dinamismo le permite alcanzar todos los tejidos del cuerpo en un tiempo muy corto.
¿Sabías que?
En su infinita sabiduría, el cuerpo ha elegido salvar a los riñones y el hígado de una degradación por el exceso de ácido. Por supuesto a consecuencia del resultado de esa acción hay que pagar un costo. Y se conoce como obesidad, disminución de inmunidad, falta de energía y todas las enfermedades relacionadas al ácido a las que estamos expuestos, incluyendo el cáncer, diabetes, osteoartritis y muchas, muchas más.